El cuidado de un bebé está cargado de rutinas. Es importante intentar realizar estas rutinas siempre a la misma hora. Eso le dará mayor seguridad y tranquilidad y te permitirá organizarte mejor en todas las actividades.
El baño:
Para ti y para tu bebé, éste será el momento del día con mayor contacto y diversión entre los dos. Es importante hacerlo rutinariamente, asegurándote que el agua está en la temperatura adecuada (ni muy fría, ni muy caliente). El momento del baño puede finalizar con un masaje relajante.
El paseo:
Es importantísimo el paseo bajo los rayos de sol ya que éstos favorecen la síntesis de la vitamina D, determinante en el desarrollo del bebé y en su correcta mineralización ósea. Disfruta y aprovecha con tu bebé los días de sol, siempre controlando la temperatura y el tiempo de exposición. En verano, será importante evitar las horas de más sol y pasear a primeras horas de la mañana o por las tardes. En cambio, en invierno, aprovecha las horas de temperatura cálida, como el mediodía.
El sueño:
A los tres meses, tu bebé empezará a tener un sueño más regular, porque aprenderá a distinguir el día y la noche, tendiendo a dormir más por las noches.
La habitación:
A partir de los 4 meses de vida es aconsejable que el bebé empiece a tener su propio dormitorio, para evitar trastornos del sueño que pueden surgir si el bebé sigue durmiendo en tu misma cama. Una habitación agradable, iluminada y con buena ventilación, decorada de manera alegre y acorde a su edad.